La vampira estaba nerviosa, hacia mucho tiempo que no veía a su amigo Hades y no le había avisado que iba a visitarlo en su mansión, sabía las indicaciones de dónde vivía porque ya había estado por ahí en el pasado. No recordaba mucho de como se habían conocido, pero sabía que se habían hecho muy amigos después de haberse encontrado un par de veces en el ministerio.

Camino hasta la entrada de su casa, está vez iba vestida con unos tacones algo altos, unos pantalones cafés de vestir y una blusa blanca que iba a juego con sus pantalones, su cabello recogido en dos trenzas a juego y un bolso que contenía todas sus pertenencias incluida su varita. Tocó a la puerta y espero a que alguien saliera a recibirla, esperaba encontrar al vampiro en su casa, sino tendría que ver qué hacía aquella noche.

@Hades Ragnarok

El hijo de la noche se encontraba leyendo en el salón. Una bebida fría se encontraba en la mesilla a su lado y algunas golosinas. la verdad, es que estaba descansando después de unos días largos y pesados en San Mungo. Aunque amaba su trabajo como director de la institución mágica y se la pasaba metido la mayoría de las veces en su oficina del hospital era bien sabido que el lugar favorito del ragnarok para estar era en la paz y tranquilidad de su casa, donde, podía hacer lo que le viniera en gana sin tener que ocultar nada de lo que hacia.

El sonido de la puerta llamo su atención, así que envió a su elfo domestico a ver quien interrumpía la tranquilidad de aquel día. Unos segundos después el elfo llegaba con alguien a quien definitivamente el vampiro no pensaba ver por allí. Dibujó una mueca de sonrisa  dejando aquel libro en la mesa para levantarse y estudiar atentamente a la chica.

-Bienvenida a mi hogar señorita Macnair -dijo en tono divertido- la verdad debo confesar que me sorprende verla por aquí, la trae algo del ministerio o viene en son de paz? -bromeo el ragnarok.

@Idylla Macnair

Mientras esperaba afuera de la puerta, ella miro a su alrededor tenía unos bonitos jardines por fuera la casa de Hades, supuso que tenía varios elfos domésticos trabajando para el y a algunos magos, cuando lo conoció parecía un hombre de gran familia y dinero para tener todo aquello.

De un momento a otro llegó el elfo doméstico a abrir la puerta, le dijo que pasará y ella lo siguió por el enorme pasillo. Hasta que llegaron a una estancia donde estaba el mago que buscaba.

-Bueno así soy yo, estoy llena de sorpresas- comento la chica con una sonrisa y su cara se puso sería depronto - si vengo por un informe del ministerio, me dijeron que eras el peor anfitrión del mundo y pues estaba dispuesta a comprobarlo- su cara cambio a una de total broma y sonrió de oreja a oreja mientras esperaba su respuesta.

@Hades Ragnarok

-Si, ya me di cuenta que estas llena de sorpresa, cualquiera diaria que pronto aparecerás aquí dentro de una caja con un lazo -bromeo el vampiro divertido ante aquella mención de la Macnair, la verdad era que no sabia si Idylla seria capaz de hacerlo, pero con esa chica jamás se sabia y lo mejor era no darle ideas- la verdad es que me alegra que hayas venido, en este momento no tengo a nadie a quien torturar -dijo sonriendo- perdón, quise decir, molestar

El ragnarok escucho aquello ultimo y estudio con la mirada a la Macnair, en serio iban a jugar a ese juego?, negó con la cabeza y puso los ojos en blanco cuando la chica soltó aquel final de su broma. El ragnarok dibujo una mueca y entrecerró los ojos de manera "amenazante" para luego pensar por un segundo la contestación adecuada para tan vil mentira.

-Bueno, no se quien te habrá dicho eso, porque la verdad nadie viene aquí y mucho menos a visitarme, supongo que no les gusta visitar a los venerables, inofensivo y respetables ancianos como yo, quizás les parezca muy aburrido -dijo el cainita en tono un poco dramático- pero ya estoy acostumbrado a ello, la soledad y mis elfos son mis únicos compañeros -dijo haciendo un poco mas dramático aquello- así que como vez, tu eres la única que ha venido a visitarme y seguramente saldrás corriendo, ya que, se que me tienes miedo -dijo el vampiro acercándose divertido a la chica, observando a sus ojos y sus reacciones- lo mejor para ti, es que no tientes al vampiro -rio.

-¿Dentro de una caja? Pues si no es cumpleaños¿O si?-comento la chica mientras sonreía hacia el, la verdad es que solo venia con el a su casa para molestarlo y la verdad que se conocieran un poco más.

-¿Yo? ¿Tenerte miedo a ti? Hahha no me hagas reír Hades, aparte de que no eres tan viejo como dices y te haces creer - comento la chica con una sonrisa de lado -aparte es muy difícil que yo me aterre con algo o alguien- dijo la chica y mientras decía eso, se dispuso a sentarse frente al vampiro y sonrió mientras el elfo de el le ofrecía una bebida.

-Bueno la verdad es que vine a pasar el rato con un amigo, me aburrida de. Sobremanera en mi casa y no quería seguir ahi- dijo la Macnair y le tomo un trago largo a su bebida - ¿que tienes en mente para quitarme el aburrimiento?

El vampiro simplemente sonrió ante el comentario de Idylla, y negó con la cabeza.

-La verdad es que no, no es mi cumpleaños, mas bien, creo que ya ni  recuerdo o se cuándo es -comentó tranquilamente mientras tomaba un poco de la bebida que tenia en sus níveas manos- podría ser hoy y yo ni enterado -dijo sin mas- ahora, si me vas a dar un regalo o te vas a ofrecer como virgen pura e inocente para algún sacrificio no me quejare -bromeo el ragnarok.

El vampiro simplemente dejo pasar unos segundos para seguir con aquella conversación, la verdad, es que el ragnarok tenia mucho tiempo que no hablaba con nadie de aquella forma, por lo que la visita de Idylla había sido un cambio drástico a su estilo de vida.

-Si, soy muy peligroso, pero no me suelen creer -dijo el ragnarok encogiéndose de hombros tras aquella advertencia que esperaba que la Macnair se tomara en serio- supongo que eres de esas chicas que atraen el peligro o cualquier cosa realmente peligrosa a 10000 kilómetros a la redonda -dijo el cainita sonriendo mientras la chica se sentaba frente a él

El hijo de la noche escucho atentamente lo que le dijo Idylla. No pudo evitar sonreír ante el suicidio que la chica estaba cometiendo, aunque eso le alegro un poco, la verdad es que no solía recibir visitas, ya que, suponía que le temían o que pensaban que él no estaría en casa, porque su costumbre era pasar todo su tiempo encerrado en su oficina de San Mungo

-me alegra que hayas decidido venir a quitarte un poco ese aburrimiento que tenias, últimamente no hay muchas cosas divertidas que hacer en el mundo mágico -comento el ragnarok- seguramente ya se te ocurrirá algo mejor que hacer que molestar a un pobre e inocente venerable anciano -dijo divertido- y no se me ocurre nada en especial, a menos que quieras jugar a algo, apostar, yo qué se que haces normalmente para divertirte -comento- ahora, si tu tienes alguna idea en mente soy todo oídos

@Idylla Macnair