La mirada de Ilhan se posó en Nao, observando cómo sus ojos brillaban con una mezcla de alegría y nostalgia. Él sabía cuán profundos eran los lazos de amistad que unían a este grupo, y era asombroso cómo el tiempo y la distancia no habían logrado debilitar esos vínculos. Escuchó con atención mientras ella compartía sus pensamientos sobre los amigos que rodeaban este círculo mágico, y no pudo evitar una sonrisa al recordar cómo Yuri, su prima, había decidido quedarse en Gran Bretaña después de conocerlo a él. Esa relación era una pieza intrigante del rompecabezas de su vida, una que había añadido giros inesperados a su travesía.

Las clases compartidas en Hogwarts habían sido los cimientos de su amistad con Nao. Desde los primeros días, había percibido algo especial en ella, una camaradería que iba más allá de las aulas y los libros de hechizos. Juntos habían vivido momentos de risas y desafíos, y eso había tejido una conexión inquebrantable.

La sonrisa de Nao era contagiosa, y Ilhan no pudo evitar sentir cómo su propio semblante se iluminaba en respuesta. Aunque su cultura no abrazaba la expresión pública de emociones con la misma libertad, en ese momento, no podía contener el sentimiento de felicidad que emanaba de su interior. Había extrañado estos encuentros, la camaradería y las aventuras compartidas. Ver a Nao después de meses era como un hechizo que le devolvía un trozo de su vida que había estado perdido en algún rincón olvidado del tiempo.

La carta que había enviado, en muchos aspectos, había sido un intento de reconexión, de reavivar la llama de la amistad que un día ardió con fuerza. Y ahora, con Nao frente a él, su presencia real confirmaba que la magia funcionaba en formas misteriosas. Cuando Nao verificó la autenticidad de la carta por sí misma, Ilhan supo que las palabras habían tenido el efecto deseado.

El abrazo que compartieron fue más que un simple gesto. Fue un vínculo restablecido, una promesa de que los lazos de la amistad eran inquebrantables. Durante esos instantes, Ilhan sintió que el tiempo se detenía, como si estuvieran atrapados en un rincón atemporal donde solo existían ellos y la emoción que compartían.

Finalmente, se separaron, pero la cercanía emocional persistió. Escuchó las palabras de Nao con gratitud y comprensión. -También te he extrañado mucho, Nao-, respondió en un tono cálido, su acento francés acentuando sus palabras. Sus ojos reflejaban la sinceridad de sus sentimientos mientras continuaba, -Y créeme, deseo quedarme con ustedes. Hay muchas razones para eso-.

Ilhan entendía la importancia de la amistad, la necesidad de compartir momentos con personas que valoraban su presencia. Además, no podía negar que el atractivo de la compañía de Yuri también influyó en su deseo de estar presente. Su sonrisa se ensanchó un poco, revelando un brillo travieso en sus ojos. -Estoy seguro de que Yuri y yo tendremos muchas historias para compartir- dijo con un guiño cómplice.

Era un grandioso dia, las aves cantaban y trinaban a su alrededor, o al menos eso le parecia al joven mientras avanzaba de forma descuidada por la calle, siempre habia sido distraido pero ese dia hacia gala de ello, su mirada se desviaba con facilidad y rapidamente dejaba de prestarle atencion al camino para voltear a ver lo que sea que hubiera cruzado el rabillo de su ojo en ese momento, asi que no fue raro que entre tantas vueltas y vueltas, terminara perdido entre los serpenteantes rios que hacian las personas cuando entraban y salian de sus locales.

Eventualmente tuvo que centrarse, pero eso no era mejor que su estado distraido, por lo que inadvertida y fortuitamente termino frente al local de Nao, aunque claro, el no estaba enterado de este hecho, solo se canso de estar perdido y decidio entrar al primer local que vio, casual y afortunadamente, era el de una conocida.

-¡Hola!- saludo el joven mientras se acomodaba en una de las sillas, miro alrededor y aunque se le hizo familiar, seguia sin dar pie con bola dentro de su cabeza.

Tenía como emoción de ver a su amigo y ser correspondida en esa amistad sincera y sus respuestas le confirmaron que también le extrañó durante las vacaciones que tomaron después de las clases habituales en Hogwarts y que en el caso de Nao que estaba visitando a su familia en Japón.

Terminó extendiéndose un poco y no estaba segura de que su decisión retrasaría su graduación, pero llevaba mucho tiempo sin visitar a su familia en su país natal.

Por supuesto, su amistad con los chicos le hacía permanecer en Gran Bretaña por un gran tiempo, pese a que toda su familia estuviese en Japón, incluyendo a sus abuelos que aún vivían en Nara, que es la capital de la prefectura de Nara en Japón, y que es el lugar donde Nao nació.

Aunque después de pasar a estudiar en Mahoutokoro, se trasladaron a Tokio sus padres junto a ella, pero sus abuelos permanece rieron allí, por lo que los visitaba con frecuencia.

A la mención de Yuri, la adolescente sonrió con la misma complicidad que el joven Bonaccord, pues era notoria la relación existente entre su prima y Eliot, que sin duda estaban muy conectados y eso a Nao le daba mucho gusto.

—¿Por qué no pedimos algo para comer?—preguntó al francés justo cuando notó que otra persona estaba en el local de perteneciente a su amiga Elizz a quien desgraciadamente no veía hacía ya un buen tiempo.

—Hola, Maxwell, ¿también vienes a la reunión? Su amigo había distribuido estas cartas, por lo que era probable que estuviese allí para eso.

@Maxwell Spencer Moon , @Ilhan Eliot Bonaccord

-¿Reunion? ¿Cual reunion?- Max giro la cabeza inmediatamente escucho su nombre, solo para encontrarse con una vieja amiga, por lo que su cara mostro una sonrisa de felicidad que solo podia expresarse completamente con un abrazo, por lo que se levanto y lo hizo, quizas apretando un poco fuerte, pero asi era el con las sorpresas y seguramente Nao deberia estar acostumbrada a ello.

-¡Nao! Que sorpresa encontrarte aqui, ¿tambien te perdiste en la calle o tu si querias llegar al establecimiento?- Max parecia estar mas distraido de lo normal, pero al mismo tiempo mucho mas entusiasmado que siempre, por lo que en su mente debia de verse adorable. Luego de soltar a la contraria, paseo la mirada por el lugar, aun se le hacia familiar, pero seguia si discernir nada claramente.

-Entonces ¿cual es esa reunion? ¿Habra comida? Sabes que amo los bocadillos- Max solto una risita mientras volvia a sentarse, saco la varita y la agito un poco en el aire para traer otra silla en la que la joven pudiese sentarse.