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Leslie Rosier
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La Sala de profesores se encuentra en la planta baja del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Es una habitación larga, con paneles que no coinciden, un gran tablero de corcho con notas de todo tipo y sillas de madera oscura. Una chimenea que siempre está encendida a su vez está conectada a la red flu de San Mungo y el Ministerio de Magia, sobre ella hay un reloj antiguo que toca una campanita cada hora. Hay un armario grande de caoba que en su interior guarda todo tipo de cosas, cómo pociones, plumas, tinta, pergaminos, libros, etc.
La entrada a esta sala está custodiada por dos gárgolas de piedra que pueden hablar, siempre que un alumno quiera ver a un profesor debe decir su motivo del porque se encuentra para que le de acceso a la puerta detrás suyo.
Sol Lestrange
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El volver a Hogwarts era un sueño y un desafío, en mis años en el colegio me había esforzado siempre en sobresalir, el estudio había sido siempre mi mayor motivación, ya que con ello agradaría a mi padre, el cual siempre se había empeñado en intentar fomentar en mi aquel espíritu competitivo y de supremacía, aunque no siempre de la mejor manera o con el método más ortodoxo, pero aquello mismo había forjado mi carácter y me había convertido en una persona fuerte y aguerrida que difícilmente aceptaba un no por respuesta, eso era algo que sin duda estaba en la pocas cosas que le agradecía de corazón.
Pronto comenzarían las clases, tenía todo perfectamente pensado, no podía fallar, cada detalle era perfectamente completado no permitiéndome ningún fallo, así era mi vida, siempre planificada, pensada y sin riesgo de equivocaciones. En el momento que recibí la invitación para unirme al grupo de profesores me había dedicado en cuerpo y alma a aquello, la materia era de mi pleno conocimiento y el poder compartirla me hacía sentir como pez en el agua.
Con paso firme y decidido avance por aquel pasillo tras dejar mi despacho, no podía mostrarme nerviosa o temerosa, aquellas siempre eran muestras de debilidad y no quería dar esa impresión, era poderosa y eso siempre sería una característica que explotaría en el día a día. Mis tacones repiqueteaban en el suelo de roca, había pasado largo tiempo eligiendo mi ATUENDO para aquella primera impresión, debía mostrarme atractiva e inalcanzable, por lo que el negro siempre era una buena elección.
Revisé mi reloj de pulsera comprobando que estuviera a tiempo, aquel era otro de mis rasgos característicos, la impuntualidad era algo intolerable. Finalmente llegué a la sala de profesores, custodiada por un par de gárgolas de aspecto macabro.
--Profesora Sol Lestrange...-- me identifiqué ante ellas para que me dieran acceso.
--Adelante Profesora....-- respondió la de la izquierda con voz áspera y profunda.
La puerta se abrió dándome paso, no me sorprendió encontrarla desierta, aún faltaban 5 minutos para la hora de la cita, por lo que con toda calma me dispuse a sentarme en una de las sillas frente a la mesa principal, a un costado de la chimenea, cruce la pierna y deje mi bolso sobre la mesa, esperando que el resto de los profesores y autoridades, no tardaran en llegar.
djvash Scamander
Administrator
Hacía mucho tiempo que estaba en el castillo, de hecho había olvidado lo que era trabajar, o mejor dicho el trabajo en la dirección estaba llevando mucho tiempo, en esta ocasión se había preocupado más por las labores del castillo que por las clases, era hora de un merecido descanso.
El rubio llego al lugar donde podía ver a los demás compañeros, los profesores de clase que en su momento había aceptado y ahora no los había visto. Al arribar al lugar con un traje en color gris acomodo un poco su cabello y una sonrisa se mostró en su rostro.
Las gárgolas en la entrada al ver al director cedieron el paso de inmediato, dentro parecía desierto, de hecho se asombro al ver a la profesora Lestrange ya sentada, al parecer la puntualidad de daba mucho en ella. Una sonrisa más y caminé a la mesa.
--Buen día profesora Lestrange-- Saludo al llegar a la mesa y dar la vuelta para colocarse de frente a ella. --Como ha estado usted?
Preguntó el ojiverde mirando la cara de la misma, era una mujer excepcional y bueno muy comprometida lo que llenaba el momento que ahora estaba pasando.
El rubio llego al lugar donde podía ver a los demás compañeros, los profesores de clase que en su momento había aceptado y ahora no los había visto. Al arribar al lugar con un traje en color gris acomodo un poco su cabello y una sonrisa se mostró en su rostro.
Las gárgolas en la entrada al ver al director cedieron el paso de inmediato, dentro parecía desierto, de hecho se asombro al ver a la profesora Lestrange ya sentada, al parecer la puntualidad de daba mucho en ella. Una sonrisa más y caminé a la mesa.
--Buen día profesora Lestrange-- Saludo al llegar a la mesa y dar la vuelta para colocarse de frente a ella. --Como ha estado usted?
Preguntó el ojiverde mirando la cara de la misma, era una mujer excepcional y bueno muy comprometida lo que llenaba el momento que ahora estaba pasando.
Sol Lestrange
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Había sacado un libro, así sería menos lenta la espera, me concentré en la lectura, era un libro muggle una novela romántica, últimamente aquel gusto culposo se apoderaba de mí, era un medio de distracción del trabajo y los problemas cotidianos “Del amor y otros demonio” ostentaba el título, era una historia complicada, pero me había atrapado desde un inicio.
El ruido de pasos me hizo levantar la mirada de mi lectura, finalmente una nueva presencia aparecía ate mis ojos, me regalo una sincera sonrisa que de inmediato correspondí, dejando el libro de lado para dedicarle mi absoluta atención, el profesor Scamander hacia su entrada triunfal.
--Buenos días señor director-- respondí a su saludo, mientras de manera automática, acomodaba un mechón de mi cabello tras la oreja izquierda —Me encuentro muy bien gracias, emocionada por comenzar y complacida de volver a verle…-- saludé de manera formal, no era tan afecta a tomar confianza inmediatamente, por lo que prefería mantener la distancia prudente ante cualquier persona que conocía de poco tiempo.
Su aspecto era impecable, era imposible dejar de notarlo, carraspeé mientras desviaba la mirada volviendo al libro a mi lado, sentía arder mis mejillas ante su insistente mirada. Recuperé el aplomo y volví a mirarle antes de preguntarle.
--¿Usted como esta? Me imagino que algo atareado con el inicio de clases, no me imagino lo complicado que debe ser tener a cargo la dirección del colegio – admití sonriendo nuevamente—si en algo puedo ayudarle cuente conmigo, será un honor para mí…
El ruido de pasos me hizo levantar la mirada de mi lectura, finalmente una nueva presencia aparecía ate mis ojos, me regalo una sincera sonrisa que de inmediato correspondí, dejando el libro de lado para dedicarle mi absoluta atención, el profesor Scamander hacia su entrada triunfal.
--Buenos días señor director-- respondí a su saludo, mientras de manera automática, acomodaba un mechón de mi cabello tras la oreja izquierda —Me encuentro muy bien gracias, emocionada por comenzar y complacida de volver a verle…-- saludé de manera formal, no era tan afecta a tomar confianza inmediatamente, por lo que prefería mantener la distancia prudente ante cualquier persona que conocía de poco tiempo.
Su aspecto era impecable, era imposible dejar de notarlo, carraspeé mientras desviaba la mirada volviendo al libro a mi lado, sentía arder mis mejillas ante su insistente mirada. Recuperé el aplomo y volví a mirarle antes de preguntarle.
--¿Usted como esta? Me imagino que algo atareado con el inicio de clases, no me imagino lo complicado que debe ser tener a cargo la dirección del colegio – admití sonriendo nuevamente—si en algo puedo ayudarle cuente conmigo, será un honor para mí…
Bodrik
Administrator
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Xiao Nahi caminaba por los corredores del castillo Hogwarts completamente perdido pues realmente no tenía mucho tiempo en el colegio y desconocía la mayoría de lugares gracias a que su clase la dictaba en la torre de astronomía donde además estaba su oficina y aposento y no necesitaba mucho más, pero un comunicado que llego a su despacho, le advirtió que era necesario asistir a la sala de maestros, asique decidió hacerlo esa misma tarde pues afortunadamente no tenía mucho que hacer.
SuVestimenta era muggle pues para su llegada a Londres adquirió ropa en una tienda muggle debido a la recomendación de uno de sus mentores quien visitó esa ciudad en el pasado y le aseguro que sería mejor de ese modo y no con la ropa que se acostumbra en oriente.
Después de un caminar y bajar a la planta baja en controla Sala de maestros y decidió entrar, aunque una gárgola intento impedirlo -Mi nombre es Nahi Xiao y soy el maestro de astronomía. dejadme pasar. - replicó a la guardiana.
-Buenas tardes- saludo a las dos personas presentes.
Uno era el director y lo sabía pues era el responsable de su elección como maestro y la otra persona, no la reconocía pues hasta ahora se adaptaba castillo, pero suponía que era una maestra o de lo contrario no estaría en ese salón.
SuVestimenta era muggle pues para su llegada a Londres adquirió ropa en una tienda muggle debido a la recomendación de uno de sus mentores quien visitó esa ciudad en el pasado y le aseguro que sería mejor de ese modo y no con la ropa que se acostumbra en oriente.
Después de un caminar y bajar a la planta baja en controla Sala de maestros y decidió entrar, aunque una gárgola intento impedirlo -Mi nombre es Nahi Xiao y soy el maestro de astronomía. dejadme pasar. - replicó a la guardiana.
-Buenas tardes- saludo a las dos personas presentes.
Uno era el director y lo sabía pues era el responsable de su elección como maestro y la otra persona, no la reconocía pues hasta ahora se adaptaba castillo, pero suponía que era una maestra o de lo contrario no estaría en ese salón.
Samantha Sokal
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Samantha se miró al espejo. ¿Sería que los pantalones de cuero eran demasiado ajustados para el mundo mágico? Siempre había pensado que los magos eran mas pacatos que los muggles, incluso que los muggles de Oxford.
- Al diablo -dijo al fin, si no le había importado nunca lo dijeran de ella en el Londres muggle tampoco le importaría acá. Completó su atuendo con una camiseta de tirantes blancas y unas botas de tacón que la dejaban largo por sobre el metro ochenta de estatura. ¿Llevaría alguna chaqueta? Si, la de cuero, a la cintura, abierta.
Satisfecha con la imagen de rocanrrolera muggle que le devolvía el espejo salió de su despacho en las mazmorras.
No le gustaba la idea de ir a la sala de profesores, pero alguna vez tendría que conocer a sus compañeros. Al final de cuentas, tenía pensado quedarse bastante tiempo en Hogwarts, no solo a trabajar, sino a vivir. Fuera de allí solo tenía su apartamento en el Londres muggle.
-Samantha Sokal, profesora -dijo frente a la gárgola que le detenía el paso en la entrada. Entró en la estancia y miró a su alrededor.
- Buenas dias -dijo cruzando la habitación hasta apoyarse en la pared del fondo mientras sacaba su petaca de vodka-soy Samantha.
Se había ubicado en un lugar en donde podía ver toda la habitación. En una esquina estaba Sol Lestrange, antigua compañera de Hogwarts, la saludó levantando la mano en señal de brindis. Al lado de la profesora de pociones estaba el director. La única vez que lo había visto había sido su la entrevista de admisión y la bruja danesa aun se estaba preguntando como era que la había tomado como profesora siendo que venía de vivir mas de 10 años entre muggles. Tal vez porque el también era un director atípico. Samantha recordó a los antiguos directores de Hogwarts. No, este tipo no tenía nada que ver con ellos.
- Lindo -pensó- y peligroso. Lo miraría lo menos posible. No pensaba cometer viejos errores. Aun tenía en mente que el año anterior había necesitado la ayuda de Johnny para desmemorizar a un profesor muggle que se resistía a olvidarse de algunas cosas que ella había hecho con el.
Luego estaba el chino. ¡Por los dioses!¡Si era solo un chico!, aunque bueno, con los chinos nunca se sabía, a veces parecían personas sin edad. ¿Que materia daba? No tenía ni idea.
¿Y quien faltaba?... ah, la Rosier, una Rosier dando clases de defensa contra las artes oscuras, sus antepasados se estarían revolcando en la tumba.
¿Y el resto de las asignaturas? Buscó una silla y se sentó displicentemente cruzando las piernas como si estuviera en su propia casa resignada a aburrirse mientras esperaba conocer al resto del cuerpo docente.
- Al diablo -dijo al fin, si no le había importado nunca lo dijeran de ella en el Londres muggle tampoco le importaría acá. Completó su atuendo con una camiseta de tirantes blancas y unas botas de tacón que la dejaban largo por sobre el metro ochenta de estatura. ¿Llevaría alguna chaqueta? Si, la de cuero, a la cintura, abierta.
Satisfecha con la imagen de rocanrrolera muggle que le devolvía el espejo salió de su despacho en las mazmorras.
No le gustaba la idea de ir a la sala de profesores, pero alguna vez tendría que conocer a sus compañeros. Al final de cuentas, tenía pensado quedarse bastante tiempo en Hogwarts, no solo a trabajar, sino a vivir. Fuera de allí solo tenía su apartamento en el Londres muggle.
-Samantha Sokal, profesora -dijo frente a la gárgola que le detenía el paso en la entrada. Entró en la estancia y miró a su alrededor.
- Buenas dias -dijo cruzando la habitación hasta apoyarse en la pared del fondo mientras sacaba su petaca de vodka-soy Samantha.
Se había ubicado en un lugar en donde podía ver toda la habitación. En una esquina estaba Sol Lestrange, antigua compañera de Hogwarts, la saludó levantando la mano en señal de brindis. Al lado de la profesora de pociones estaba el director. La única vez que lo había visto había sido su la entrevista de admisión y la bruja danesa aun se estaba preguntando como era que la había tomado como profesora siendo que venía de vivir mas de 10 años entre muggles. Tal vez porque el también era un director atípico. Samantha recordó a los antiguos directores de Hogwarts. No, este tipo no tenía nada que ver con ellos.
- Lindo -pensó- y peligroso. Lo miraría lo menos posible. No pensaba cometer viejos errores. Aun tenía en mente que el año anterior había necesitado la ayuda de Johnny para desmemorizar a un profesor muggle que se resistía a olvidarse de algunas cosas que ella había hecho con el.
Luego estaba el chino. ¡Por los dioses!¡Si era solo un chico!, aunque bueno, con los chinos nunca se sabía, a veces parecían personas sin edad. ¿Que materia daba? No tenía ni idea.
¿Y quien faltaba?... ah, la Rosier, una Rosier dando clases de defensa contra las artes oscuras, sus antepasados se estarían revolcando en la tumba.
¿Y el resto de las asignaturas? Buscó una silla y se sentó displicentemente cruzando las piernas como si estuviera en su propia casa resignada a aburrirse mientras esperaba conocer al resto del cuerpo docente.
Última edición por Samantha Sokal el Miér Mar 06, 2019 7:34 pm, editado 2 veces
Leslie Rosier
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Rosier salió de su despacho casi corriendo porque llegaba tardé a la reunión de profesores. Por su cabeza pasaban muchos pensamientos porque los citaba el director.
Suspiro un poco nerviosa, ella el año pasado se había graduado de Hogwarts y rápidamente había pedido un puesto cómo profesora, San Mungo seguía sin responderle sobre su solicitud como sanadora por lo que desistió de conseguir trabajo y en el Ministerio no le convencía por lo que la aceptación del director había sido un gran suspiro para la Metamorfaga. La educación de jóvenes magos le resultó atractivo desde su sexto año y no se arrepentia de su clases de Transformaciones y Defensa, un poco cansador quizás pero al final del día cuándo veía progreso se sentía satisfecha.
Llegó al la planta baja dónde tantas veces había sido llevaba por el conserje del colegio para que los profesores la castigaran por sus travesuras. Leslie se paró frente a las gargolas que le dirigieron una mirada poco agradable.
- Profesora Leslie Rosier- les dijo mordiendose el labio para evitar reír.
- Adelante- le dijeron dejando ver la puerta al interior de la sala.
Su túnica negra ocultaba su pantalón azul y una blusa bastante suave color crema, no tenía nada encontra de los muggles pero su elfo Bron le había inculcado que las túnicas debían ser obligatorias para todos los magos desde niña.
- Disculpen la tardanza- pidió algo agitada por la carrera observando a todos los presentes pero un joven asiático le llamó bastante la atención a lo que se ruborizo - Soy Leslie Rosier, ¿soy la última? -
Suspiro un poco nerviosa, ella el año pasado se había graduado de Hogwarts y rápidamente había pedido un puesto cómo profesora, San Mungo seguía sin responderle sobre su solicitud como sanadora por lo que desistió de conseguir trabajo y en el Ministerio no le convencía por lo que la aceptación del director había sido un gran suspiro para la Metamorfaga. La educación de jóvenes magos le resultó atractivo desde su sexto año y no se arrepentia de su clases de Transformaciones y Defensa, un poco cansador quizás pero al final del día cuándo veía progreso se sentía satisfecha.
Llegó al la planta baja dónde tantas veces había sido llevaba por el conserje del colegio para que los profesores la castigaran por sus travesuras. Leslie se paró frente a las gargolas que le dirigieron una mirada poco agradable.
- Profesora Leslie Rosier- les dijo mordiendose el labio para evitar reír.
- Adelante- le dijeron dejando ver la puerta al interior de la sala.
Su túnica negra ocultaba su pantalón azul y una blusa bastante suave color crema, no tenía nada encontra de los muggles pero su elfo Bron le había inculcado que las túnicas debían ser obligatorias para todos los magos desde niña.
- Disculpen la tardanza- pidió algo agitada por la carrera observando a todos los presentes pero un joven asiático le llamó bastante la atención a lo que se ruborizo - Soy Leslie Rosier, ¿soy la última? -
djvash Scamander
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Fue bueno saber que la ojiazul estaba bien, y lo que había llamado la atención del director había sido la respuesta de que estaba complacida de verle de nuevo. Una sonrisa más se enancho en su rostro. El carraspeó y el que desviarla la mirada solo hacia notar que estaba algo nerviosa. Pero decidió continuar con la plática.
Cómo se encontraba él Scamander era algo difícil de describir, ya que en efecto la dirección le había dejado ya secuelas en poco tiempo. Aún recordaba como si fuera un día anterior el como había obtenido ese puesto. Y al parecer era el director más joven en Hogwarts. Suspiro pues el cansancio se apoderaba de apoco de su ser.
--En efecto señorita Lestrange, han sido días difíciles, pero aún hay tiempo para todo-- contesto levantándose un poco del asiento.--Aun hay muchas cosas por hacer, le agradezco su ofrecimiento, para un servidor sería un placer laborar a su lado.
Si, sabía de lo bueno que era Sol en cuanto a la asignatura que se le había asignado, y no solo ella si no todos los profesores, el ojiazul había evaluado cada uno de los historiales para poder elegir un buen cuerpo docente. Aunque la mayoría era joven, el era más grande que ellos. Y hasta en algún momento pudo llegar a ser su profesor, si no hubiese sido por la elección de trabajar dentro del ministerio con las criaturas. Cosa que había enredado de su tatara abuelo.
Antes de mencionar palabra alguna vio llegar a al profesor Xiao, seguido de la profesora Sokal, cada uno llegaba y se acomodaba donde le pareciera.
--Creo que aún es muy temprano para eso profesora Sokal
Le menciono haciendo énfasis en la petaca que había sacado, apenas dijo palabra la puerta se abrió de nuevo y la profesora Rosier apareció disculpándose por llegar tarde.
--Aun estamos en espera de alguien más profesora, adelante. le comento mirando a todos, el tono en las mejillas de Leslie le daba a entender que estaba inclinada por el profesor Nahi. --Pero tome asiento, haber si el calor en sus mejillas baja después de descansar un poco
No había duda que el equipo que había elegido era muy bueno, y bueno, muy completo en todos los aspectos, suspiro una vez más y con la mirada fue recorriendo a cada uno de ellos.
Cómo se encontraba él Scamander era algo difícil de describir, ya que en efecto la dirección le había dejado ya secuelas en poco tiempo. Aún recordaba como si fuera un día anterior el como había obtenido ese puesto. Y al parecer era el director más joven en Hogwarts. Suspiro pues el cansancio se apoderaba de apoco de su ser.
--En efecto señorita Lestrange, han sido días difíciles, pero aún hay tiempo para todo-- contesto levantándose un poco del asiento.--Aun hay muchas cosas por hacer, le agradezco su ofrecimiento, para un servidor sería un placer laborar a su lado.
Si, sabía de lo bueno que era Sol en cuanto a la asignatura que se le había asignado, y no solo ella si no todos los profesores, el ojiazul había evaluado cada uno de los historiales para poder elegir un buen cuerpo docente. Aunque la mayoría era joven, el era más grande que ellos. Y hasta en algún momento pudo llegar a ser su profesor, si no hubiese sido por la elección de trabajar dentro del ministerio con las criaturas. Cosa que había enredado de su tatara abuelo.
Antes de mencionar palabra alguna vio llegar a al profesor Xiao, seguido de la profesora Sokal, cada uno llegaba y se acomodaba donde le pareciera.
--Creo que aún es muy temprano para eso profesora Sokal
Le menciono haciendo énfasis en la petaca que había sacado, apenas dijo palabra la puerta se abrió de nuevo y la profesora Rosier apareció disculpándose por llegar tarde.
--Aun estamos en espera de alguien más profesora, adelante. le comento mirando a todos, el tono en las mejillas de Leslie le daba a entender que estaba inclinada por el profesor Nahi. --Pero tome asiento, haber si el calor en sus mejillas baja después de descansar un poco
No había duda que el equipo que había elegido era muy bueno, y bueno, muy completo en todos los aspectos, suspiro una vez más y con la mirada fue recorriendo a cada uno de ellos.
Sofia Granger
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La rubia miro con calma el recado mientras luchaba con una mandrágora adolescente que no quería mudarse de la vieja maceta a una nueva y se agarraba con cada raíz y retoño que tenia. Finalmente logro convencerla con promesas de colocarla en el mejor lugar del invernadero. Ahora que había terminado, se limpio lo mejor que pudo y se fue hacia el castillo para ver para que era requerida.
Como de costumbre, la Granger no era lo que se esperaba que fuera. Como profesora de adivinación, seguro esperaban ver entrar a una mujer llena de pulseras y oliendo a pachuli, como vampira seguro esperarían que llegara toda elegante y altanera, pero como también era profesora de Herbologia, seguro esperarían a una Profesora Sprout con guantes y toda cubierta para no ensuciar su ropa. En su lugar, solo había llegado la muy altanera pero nada elegante Sofia, con un short de mezclilla con pechera, tenis, una camiseta de manga larga, porque no quería que la mandrágora lastimara sus brazos y unos guantes de jardinería en la mano izquierda y como único peinado una coleta alta para que el cabello no le estorbara en la cara.
Se paro frente las gárgolas y miro como estas esperaban que ella les dijera algo. Levanto una ceja y se pregunto si tendría que dar alguna palabra clave o solo pedir permiso, opto por lo segundo, si hubiera palabra clave, el director la habría puesto en el mensaje.
- Soy Sofia, profesora, el director me llamo – dijo a las guardianas y estas enseguida le cedieron el paso. Aquello había sido sencillo, se encogió de hombros y se metió a la sala, para escuchar a otra profesora preguntar si era la última. – No, esa seria yo, hola a todos, Sofia Granger, profesora de Adivinación y Herbologia, vampiro en mis tiempos libres
Busco un lugar en la mesa y se sentó tranquilamente mientras esperaba no haber sido la última, aunque si era así, significaba que no tendría que esperar más y la reunión comenzaría en aquel momento.
Como de costumbre, la Granger no era lo que se esperaba que fuera. Como profesora de adivinación, seguro esperaban ver entrar a una mujer llena de pulseras y oliendo a pachuli, como vampira seguro esperarían que llegara toda elegante y altanera, pero como también era profesora de Herbologia, seguro esperarían a una Profesora Sprout con guantes y toda cubierta para no ensuciar su ropa. En su lugar, solo había llegado la muy altanera pero nada elegante Sofia, con un short de mezclilla con pechera, tenis, una camiseta de manga larga, porque no quería que la mandrágora lastimara sus brazos y unos guantes de jardinería en la mano izquierda y como único peinado una coleta alta para que el cabello no le estorbara en la cara.
Se paro frente las gárgolas y miro como estas esperaban que ella les dijera algo. Levanto una ceja y se pregunto si tendría que dar alguna palabra clave o solo pedir permiso, opto por lo segundo, si hubiera palabra clave, el director la habría puesto en el mensaje.
- Soy Sofia, profesora, el director me llamo – dijo a las guardianas y estas enseguida le cedieron el paso. Aquello había sido sencillo, se encogió de hombros y se metió a la sala, para escuchar a otra profesora preguntar si era la última. – No, esa seria yo, hola a todos, Sofia Granger, profesora de Adivinación y Herbologia, vampiro en mis tiempos libres
Busco un lugar en la mesa y se sentó tranquilamente mientras esperaba no haber sido la última, aunque si era así, significaba que no tendría que esperar más y la reunión comenzaría en aquel momento.
Sol Lestrange
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Escuché al profesor Scamander afirmar mi último comentario con respecto a la dirección del colegio, si bien mis expectativas eran enormes y más aún mis ganas de crecer, no me imaginaba siendo la directora del colegio, aquello era algo que prácticamente era tarea de titanes, aquello llamo más mi atención hasta ese momento no me había percatado de que él era muy joven para ocupar ese puesto, y seguramente lo había ganado por su talento. Sonreí cuando acepto mi ofrecimiento de ayuda, pero la plática tuvo que terminar con la llegada de un mago de aspecto oriental que saludo tímidamente.
--Buenos días…--respondí a su saludo—Sol Lestrange, profesora de pociones – me presenté con una suave sonrisa.
La puerta volvió a abrirse, dando paso a una bruja de cabellos dorados que de inmediato reconocí Samantha Sokal era su nombre, aquella bruja era difícil de olvidar, habíamos compartido habitación por muchos años en nuestras épocas de colegio, y aunque ambas teníamos años sin vernos, ella conservaba sus rasgos característicos. Levantó la mano a lo lejos, le respondí con una sonrisa y levantando igualmente la mano a modo de saludo. La efusividad no era un gesto característico Slytherin. Tamborilee los dedos en la mesa algo ansiosa mientras consultaba mi reloj, la hora de la cita había dado y apenas éramos cuatro los presentes.
Un segundo después la puerta se abrió de nuevo y una nueva bruja apareció algo agitada, seguramente debido a la tardanza apresuro su llegada, sonreí alzando la ceja, parecía que pocos ahí poseíamos el don de la puntualidad, aunque esperaba que aquello se debiera a la premura de la reunión. Se disculpó ante los presentes y tomo uno de los lugares en la mesa.
El profesor Scamander hizo un comentario a Sokal que lo miró con un gesto enfadado, amague una sonrisa, mientras daba la bienvenida a la recién llegada quitándole importancia a su retraso, ya que aún faltaba gente por llegar.
Poco después la puerta volvió a abrirse dando paso a otra mujer, de cabello rubio, que se presentó como la profesora de Herbología y Adivinación, aquella ultima materia había sido otra de mis favoritas en el colegio, después menciono que era vampiro, vaya aquello si me parecía raro, si bien conocía a algunos el que uno formara parte de la planilla de profesores era algo novedoso, al menos para mí. Suspiré esperando que estuviéramos completos y poder dar inicio a la junta.
Última edición por Sol Lestrange el Miér Mar 06, 2019 6:34 pm, editado 1 vez
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