Rosier estaba en su cuarto en el castillo, estaba aburrida de pasarse encerrada , prácticamente se la pasaba de ahí al colegio y viceversa, daba clases que la entretenian pero no siempre pasaba.

Una lechuza picoteo su ventana, Leslie se le acercó para dejarla pasar y tomar la nota que había sido aceptada como gerente de San Mungo. Una gran sonrisa se dibujó en sus labios que corrió a darse un baño rápido, se calzo unos tacones negros altos, uma túnica verde oscuro, se ató en una cola alta su largo cabello castaño; cuándo estuvo lista desaparecio de su cuarto y apareció en un callejón cerca del negocio a la entrada del hospital, con disimulo ingresó al lugar y se le acercó al maniquí.

-Soy la nueva encargada del hospital- anunció.

Se acercó al vidrio y al acercar más su cuerpo cómo aplastandolo sintió su pie estremecerse por el frío pero la sensación se pasó enseguida al llegar a la recepción dónde se le acerco a la recepcionista.

-Disculpe, soy Leslie Rosier- le dijo a la mujer mayor.

-Por supuesto- con eso le permitió la entrada al hospital.

Leslie se mordió el labio un tanto nerviosa de cómo presentarse a sus compañeros por lo que optó por ir a la cafetería primero por algo de comer que antes de irse no probo ni un bocado ante la emoción de llegar temprano al hospital.


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Leslie se le acercó a la mujer de la cafetería y le pidió una café negro y la mitad de la torta de chocolate que tenían dividida en varios trozos. Se moría de hambre y no pudo evitar lamerse los labios de lo delicioso que se veía todo.

El olor a café hizo que su vientre rugiera del hambre cómo el chocolate. Tomó todo y se lo llevó a una esquina de la cafetería para comer con calma antes de ponerse a trabajar. Tomó y místico al menos dos trozos del pastel del chocolate cuándo Nao apareció acompañada de Maxwell.

Rosier se atoro con el café mientras lo bebía para saludar a ambos jóvenes - Señorita Yoshikawa y señor Moon que sorpresa verlo.en éste lugar- les dijo haciendo lugar en la mesa - tomen asiento, ¿Quieren pastel de chocolate? ¿Qué pos trae por acá? - les preguntó bebiendo de su café casi vacío.


R4

Max no esperaba ni una pronta respuesta, ni mucho menos una positiva, pero a veces las sorpresas llegaban de sopeton y sin aviso de nadie, esa mañana fue uno de esos momentos, cuando recibio la carta de San Mungo en la que le decian que si aceptaban su solicitud como aprendiz, el casi no lo podia creer.

A Londres tuvo que ir con su amiga Nao, el tenia mucho miedo de ir solo, aunque claro, frente a Nao no lo demostro, quizo mostrarse seguro de si mismo y demas, de vez en cuando queriendo llamar la atencion de su compañera asiatica.

En cuanto llegaron a San Mungo y posteriormente con su maestra, que tambien era gerente del hospital, Max solto un pequeño suspiro de alivio, se sentia mas seguro en el hospital que en la calle -Buenos dias, profesora- saludo el chico a su maestra -venimos porque somos aprendices... y el pastel de chocolate no esta demas para un desayuno balanceado-

Max se acercó al mostrador junto a su amiga para poder saber que podía pedir, tenía mucha hambre, no sabía muy bien porque, pero podía comer un hipogrifo de ser necesario.

Cuando supo que quería, se acercó al mostrador y pidió -me da una sandwich de queso y jamón junto con un vaso de leche caliente por favor-

Después de pedir se quedó esperando a que le entregaran la orden, aprovecho para hablar con Nao -que crees que haremos hoy?-

Su amigo Maxwell decidió acompañarle al mostrador pues aparentemente también estaba muerto de hambre a esa hora de la mañana y, a decir verdad, Nao no estaba acostumbrada a levantarse tan temprano, aunque la emoción de su primer día como pasante del hospital San Mungo le había motivado lo suficiente como para conseguir una llegad a tiempo y aun teniendo que ir a Londres por primera vez.


Mientras la encargada de la cafetería le atendía su amigo de ojos azules hizo una petición de sándwich de queso y jamón junto con un vaso de leche caliente y la peli negra sonrió por la petición del chico – parece que te vas a dormir – comentó porque la leche caliente le sonaba para dormir en la noche.




 @Maxwell Spencer Moon, @Leslie Rosier

Para Xiao Nahi poder comenzar su labor en el hospital de San Mungo había resultado toda una aventura, por eso después de ayudar a sus primeros pacientes, decidió subir al quito piso de la famosa institución con el fin de dar un vistazo a la zona social del hospital que contaba con una especie de cafetería y Nahi estaba esperanzado en encontrar un buen te para relajarse por un rato pues el realmente no estaba acostumbrado a tomar café aunque en su natal china se podía encontrar y en Japón existieran también cafeterías al estilo occidental.

Para su sorpresa, dos de sus familiares y amigos se encontraban en el lugar departiendo y decidiendo que pedir a la encargada y por esa razón el mago entró casi a zancadas para poder sentarse en compañía de ellos en la mesa que ambos hubiesen elegido

-Buenos días Maxwell y Nao que agradable sorpresa encontrarlos aquí- saludó alegremente el mago de origen chino.

@Maxwell Spencer Moon, @Leslie Rosier

Max le puso los ojos en blanco a su compañera asiatica cuando le comento aquello de dormir, a ella le gustaba gastarle bromas al chico Ingles (un par de veces le habia hablado en japones para picarlo, a lo que el adolescente habia reaccionado atacandola con cosquillas).

-Deja de fastidiar Nao, o tendre que atacarte como la otra vez-

Volteo al escuchar una voz conocida, era un muchacho de igual manera asiatico, solo que el era chino, aunque a veces Maxwell lo molestaba diciendole que lo mismo era.

-Hola, Xiao, ¿como asi por aqui?-