Un nuevo negocio abría sus puertas en Hogsmade, se trataba de una cafetería, ante todos se alzaba una fachada de ladrillos rojizos, ventanales de cristal desde el techo hasta la altura de las mesas, desde afuera lo más llamativo era la enorme taza de café que parecía humear en lo alto de la fachada invitando a los transeúntes a detenerse por una rica bebida: caliente o fría, según la predilección del cliente.

Al traspasar la puerta de cristal, se observaban varias pequeñas mesas de madera con sus sillas difuminadas por el local, una barra a cada lado para aquellos que preferían tomarse su bebida con algo de prisa o que gustaban de la lectura de EL Profeta, el diario mágico por excelencia, cuyos ejemplares estaban pegados a la pared por un encantamiento mágico y que con solo el movimiento de la mano cambiaban de página.

Más hacia el fondo estaba una barra donde se ordenaban los pedidos y tras este se encontraban Belana la elfina de la propietaria o incluso la propietaria que despachaba los cafés y sus ricos acompañantes: como trozos de tartas, galletas, panecillos y diminutos emparedados a modo de pasabocas. Finalmente se divisaba una puerta que iba a la trastienda y una ventanilla que daba a la cocina donde lógicamente se preparaban los acompañamientos.

Era sencillo, limpio, ventilado, con la luz apropiada, con colores blancos y marrones entre paredes y mesas que le daban la calidez necesaria para hacer que los clientes gustaran del sitio y se animaran a más de un pedido o a regresar en una nueva oportunidad.

Afuera colgado en la puerta un letrero parpadeante habia sido colgado con la palabra “Abierto”.

Nahi había terminado su primera clase satisfecho pues aparentemente había despertado un poco de interés en sus alumnos a pesar de ser solo un chico inexperto proveniente de la escuela japonesa. Sin embargo, toda su vida había sido un muchacho hábil y talentoso y debido a ello sus maestros recomendaron al chico recién graduado para desempeñarse como maestro del colegio Hogwarts de magia y hechicería, aunque recientemente había llegado se sentía perfectamente bien.


Decidió salir del colegio para recorrer un poco los alrededores aprovechando el tiempo libre y fue allí que consiguió encontrarse con un lugar que llamó su atención. Se trataba de un Café con una fachada muy llamativa; una taza de café humeante y un letrero bastante bello.


Xiao se vestía bastante muggle para salir pues sus acostumbradas túnicas orientales podrían no ser apropiadas para los lugares aledaños al colegio, o eso le habían dicho en su llegada al colegio y aun así Nahi estaba se sentía cómodamente de esa forma. Un pantalón color negro, un suéter de color azul bordado de tal forma que se veía degradado y sus zapatillas negras.


Traspasó la puerta del cristal de llamativo café observo varias mesas hermosas distribuidas por el local, pero el prefirió sentarse en la barra para no ocupar la mesa el solo y así disfrutaría de la privacidad mientras leía un poco sobre plantas orientales.

El local había quedado perfecto, según las aspiraciones de la joven bruja que fungia como propietaria, pues mientras se estabilizaba en aquel país, ese también seria su hogar cuando no estuviera en Hogwarts, de allí que, en la trastienda hubiera una pequeña escalera que la subía a lo que otros pensarían era el techo del local, pero en realidad era un piso superior, que la Taza de café (anuncio) ocultaba de la vista de todos. Era muy al estilo japonés, ósea un lugar pequeño, una alcoba con su baño, una salita-comedor y una pequeña cocina, pero no necesitaba más.

Un suspiro de satisfacción salio del pecho de la peli-azul, que observaba todo con ojos soñadores junto a su elfina Belana, un sonido metálico proveniente de la puerta de cristal, más bien de la campanilla sobre ella, anuncio al primer cliente.

Ambas corrieron a ubicarse detrás del mostrador con una gran sonrisa, misma que se le borró a la chica al notar que quien ingresaba era nada más y nada menos que uno de sus profesores, el de Astronomía. Lo vio elegir un lugar en la barra, lo cual indicaba que no esperaba a nadie, y también disponerse a leer algo.

-Bienvenido a Coffee House, que desea ordenar?- pregunto un poco nerviosa con una sonrisa que iba y venia de sus labios, en ese momento agradeció no haber elegido una teteria como negocio, porque se decía que los orientales eras los más exigentes con relación a aquella bebida.

Los nervios no solo se debian a que era su primer cliente, sino que ademas a aquellas horas debería estar estudiando o repasando apuntes en el Colegio de Magia para el día siguiente, por suerte la única clase que tenia nocturna era precisamente la de el y había ocurrido el día anterior.

-Su menú esta a la vista- informo, señalandó en el propio periodico que reflejaba cual marquesina todos los tipos de bebidas disponibles ante los ojos del joven mago.

Nahi no era un chico muy conversador, pero gracias a su empleo como docente de Astronomía se veía obligado a socializar con alumnos y profesores del colegio Hogwarts de magia y hechicería y con la idea de pasar un rato a solas, salió aquella tarde pus en el colegio los maestros no dejaban de mirarlo extraño, seguramente por su acento y apariencia china que obviamente era algo no podía ocultar ni usando ropa de corte europeo.


La chica de cabello azul se acercó para saludarlo y aunque no recordaba muy bien su nombre la reconocía como una de las alumnas de su clase y le llamaba la atención el color de su cabello, pero tal vez no sería apropiado preguntar si era descendiente de las hadas o cual era la razón de tan peculiar tono de cabello.


Seguramente si en algún momento tomaba un poco de más confianza se atrevería a preguntarlo, pero por ahora le saludó -Una taza de café sin azúcar por favor y un pedacito de pastel- se atrevió a solicitar. - ¿eres mi alumna verdad?


Como cualquier muchacho de china, Nahi estaba mucho más acostumbrado al Te, pero como hasta ahora no encontraba un lugar donde tomarlo, tendría que acomodarse a esta situación y edemas ya había probado el café en Japón donde pasó gran parte de su adolescencia que verdaderamente aun no terminaba pese a ser mayor de edad según el ministerio de gran Bretaña.


- ¿Qué tipo de pasteles tienes? - dijo tomando el menú para buscar algo. ¿sería apropiado ser tan informal en las conversaciones? lo cierto es que Nahi no conocía nada como comprarse en occidente.

Al acercarse al mago oriental y proponerle mirar el menú se quedo sin palabras, le llamaba mucho la atención sus rasgos físicos, pero también la historia real tras su cultura, bueno ella había leído muchas cosas desde muy pequeña, los libros siempre fueron a falta de niños, sus mejores amigos.

-Café y Pastel, perfecto- dijo satisfecha, después de todo era su primer cliente, tal vez regara la voz con los otros maestros de Hogwarts y su clientela aumentara, aunque no sabia si eso la metería en problemas de tipo académico.

-Siiiiii, lo soy-- su respuesta fue instintiva y entusiasta pese a sus anteriores cavilaciones, el que la recordara le agradaba -aunque no la más brillante, debo decir- contesto bajando el tono en la ultima frase porque sabia que su apasionamiento por el firmamento era reciente, antes pensaba que el cielo era divino y que cada estrella era un ángel o un alma que había dejado de estar en el mundo de los vivos y se elevaba para observarlos a todos.

-La Astrología como ciencia es nueva para mi, creo que estoy más familiarizada con las dinastías de su país que con el cielo que nos cubre- dijo de forma graciosa y con total sinceridad, entonces llego la pregunta de los pasteles, un tema más emocionante para la bruja pues amaba el azúcar.

-Tenemos muuuchas variedades, todas muy ricas, para chuparse los dedos- alabo segurisima de que ningún mortal tendría queja de aquellos exquisitos preparados.

-Tenemos pastel cabello de ángel, de frutos rojos, de te y frutos del bosque, de manzana, de chocolate, de pistacho y caramelo salado, de crema y regaliz, de café y anana, de cerveza de mantequilla y durazños, de besos de hadas, de mandarina, y pare de contar- comento la peli-azul.

-Ummm porque un mago a todas luces tan brillante como tu, quiere enseñar en Hogwarts en vez de escoger algún otro destino digamos caballerezco y totalmente lleno de aventura, donde pueda usar su enorme espada de zamurai en favor de alguna dama?-- eso se le escapo de los labios, era totalmente inapropiado compararlo con aquellos guerreros de sus libros y mucho más expresarlo a viva voz dejando al descubierto sus gustos literarios y sus debilidades culturales, así como su alma soñadora.

Su suposición era acertada pues la muchacha de cabello azul era su alumna y Nahi se sintió bastante complacido de reconocer a alguien-  eso se arregla con la práctica y el estudio juicioso de las constelaciones y estrellas- sonrió – no tengo alumnos con pocas habilidades – dijo.

-ohm vaya, ¿conoce un poco de la historia de china? – eso no lo esperaba pues para él era mucho ms difícil conocer las costumbres europeas pese a desempeñarse bien con el idioma y haber realizado un estudio previo sobre Gran Bretaña antes de decidir tomar la vacante como maestro en la institución educativa.

- ¿y qué es lo que conocer acerca de china? -preguntó con curiosidad. – y ¿qué me puedes enseñar de tu cultura?

A la sugerencia del pastel Xiao se antojó de varios sabores que seguramente iría probando poco a poco – me gustaría e de té y frutos del bosque por favor – respondió con el que más le había llamado la atención ese momento.

-A decir verdad, he sido entrenado cono samurái y combate en la escuela Mahoutokoro, pero también he seguidos los pasos de mi padre que es un experto en astronomía lo que me ha llevado a desear aprender mucho más acerca de esta ciencia, aunque a decir verdad mi abuelo Bao Xiang ha sido uno d los mejores combatientes de china y hasta participó en algo relacionado con la segunda guerra mundial, la verdad hasta ahora si sido muy difícil obtener información al respecto. – confesó pues la chica le inspiraba confianza. -yo simplemente quería conocer esta famosa institución europea- terminó.

Estaba allí parada escuchando al mago oriental con total atención y curiosidad, no entendía porque un extraño la hacia sentir en confianza y propiciaba cierto calor de hogar, negó con la cabezan, que tonterías, ella no sabia lo que era calor de hogar, aunque consideraba que pertencia a las verdes praderas irlandesas.

-Excelente elección- aplaudió al escuchar lo que el mago queria beber, pero también se quedo pensando en su pregunta por un par de segundos. Hasta que decidió decir lo que pensaba

-De china sé que es una nación guerrera, con una riqueza culrural impresionante, mi abuelo solía hablar de grandes hombres en su memorias, que por supuesto yo he leído, de allí viene mi referencia a esos indomitos y leales guerreros de elité - por supuesto se refería a los Samurai

-me gusta su riquesa cultural, el que asuma la influencia de sus alrededores como el budismo de la india o sus corrientes ideológicas basada en el budaismos y el taoimos. Con líderes como emperadores y cabezas de la monarquía, y sus comidas ahaaaa es una delicia, al menos lo poco que yo he probado y muy sanas, quizás por eso padecen de menos enfermedades y tienen cuerpos esulturales- dijo con ojos soñadores, imaginando que tal vez algún día pudiera viajar y ser la protagonista de una experiencia así. Se disculpo un momento y fue por el té.

Al cabo de unos minutos regreso con una bandeja que contenía una hermosa taza de porcelana china, con talles artesanales llena de un aromático y caliente liquido color rojo vino, la colocó frente al mago junto con una azucarera que contenía pequeños cubos de azúcar blanquisima y la respectiva cucharita a juego, junto con una servilleta de lino con algunas hojas y flores de te bordadas en las esquinas, otro platito puso frente a el que contenía un trío de galletitas recién horneadas de distintos sabores, de chispas de chocolate, salpicada de frutos rojos y otra de naranja.

-Disfruteló, por favor- le sonrió, pensando en que podía enseñarle de la cultura de occidente, vícios, muchos vicios fue lo primero que le salto a la mente así como una interrogante extraída de una conversación de adultos en su niñez.

-Puedo preguntarle quienes son las geishas y si es cierta su mala reputación...- estaba sonrojada pero tenia que saberlo.

Nahi estaba disfrutando la conversación y se sorprendió al escuchar las referencias acerca de china pues se notaba que tenía conocimiento acerca de su cultura y es estaba verdaderamente apenado de conocer tanto acerca del país de la peli azul- Si, los asiáticos en general como muy leales y muy disciplinados -concluyó hablando de los guerreros.


Su alumna mencionó el budismo y eso le hizo recordar que la magia china tenía mucho que ver con su cultura con su idea de percibir el mundo y la meditación y es por eso que para chinos y japoneses no resulta raro ver a magos y no magos conviviendo juntos pues suelen verse como sabios y sacerdotes y contrario al mundo occidental la magia no se ve como amenaza.  – tengo varios libros acerca de historia de China y Japón si algún día quieres visitar mi oficina podría prestarte algunos – respondió sonriendo al ver como la irlandesa se veía tan entusiasmada con el tema.


Luego se disculpó para ir a buscar el té y mientras tanto Xiao tuvo tiempo de observar a su alrededor la decoración del lugar y cada vez le parcia más acogedor y sobre todo por la comida y posibilidad de tomar el té que era una de las bebidas más emblemáticas de china que tenía toda una cultura a rededor del té.


La muchacha regreso con una bandeja que contenía una hermosa taza de porcelana china y el chico de cabello negro se sorprendió por el detalle de la muchacha pues se notaba lo fina de la vajilla pues hasta la azucarera hacia juego – uy que aroma tan delicioso – dijo respirando profundo para dejar que penetrara en sus fosas nasales mientras tomaba la servilleta y la ponía delicadamente en sus piernas.


-muchas gracias señorita – respondió. - ¿gusta acompañarme?


-Las geishas hacen parte de la cultura japonesa – respondió intentando ordenar sus ideas- ellas son mujeres que desde su infancia son criadas para complacer a los hombres – entrecerró los ojos – a menudo son esclavas sexuales – añadió intentando que su explicación no sonara tan grotesca – afortunadamente la comunidad magia está muy alejada de esa cultura.

La cara del mago hizo notable el hecho de que no esperaba que ella supiera esas cosas del mundo oriental, lo cierto es que a falta de amigos, de niños con quienes jugar en su infancia, toda su curiosidad se había volcado en los libros convirtiendose en una adicta a la lectura y a los libros sus compañeros inseparables, incluso allí tenia una estantería completa, herencia de su abuelo.

-¡Eso seria maravilloso!- casi grito emocionada, ante la mención de que pudiera prestarle libros, seguramente estos tenían mucha, muchas cosas que ella desconocía. -Prometo cuidarlos muchísimo y, y regresarselos- decía exitada al punto que sus orbes verdes ahora tenian un tono turquesa brillante y sus mejillas están un poco encendidas, y es que no era para menos, aquello iba a ser un banquete para su cerebro y material para sus sueños.

El ofrecimiento de acompañarlo le saco una enorme sonrisa, al punto de hacer notar aquel par de hoyuelos, uno a cada lado en sus mejillas, hizo una floritura y de la cocina salio un plato de la misma vajilla en que se le había servido al muchacho pero en vez de té contenía un generoso trozo de pastel de chocolate con relleno de naranja y dos cucharitas por si el queria probarlo. Ella tomo el plato y lo puso entre el mago y ella y se sentó a su lado.

-Me alegra haber aprobado su clase porque creo que seremos buenos amigos- dijo con total sinceridad ofreciéndole la cucharilla para que la acompañara a probarlo, sus palabras hablaban de que siendo maestro-alumna a Elizz le parecía que había una barrera para acercarse, y no es que estuviera coquéteando, no, aun no pensaba en esas cosas, para la chica el romance era cosas de novelas caballerescas algo que en la vida real muy poquitos tenían la fortuna de vivir, en cambio la amistad era como una golocina que se esforzaría por alcanzar.

Cuando el mago toco el tema de las geishas, las orbes de la chica se abrieron como platos, -Wuaoooo, pobres- se compadeció de la suerte de aquellas mujeres, en el fondo era como los monarcas (príncipes y reyes) con un destino marcado, sin mucha libertad para crecer como individuos y esclavos incesantes de sus deberes, unos que se le imputaban solo por haber nacido dentro de ese núcleo familiar y no por elección. Pero le alegraba que no fuera algo tan innato de aquella cultura como los guerreros, lo que la llevo a preguntarle

-Y como guerrero usted posee una de esas espadas legendarias?- su pregunta claramente encerraba el deseo de ver una en persona, de saber como eran forjadas, de que material e onspiración provenían y también de cuantas aventuras había sido protagonistas.

-Ay lo siento, soy muy preguntona...- dijo avergonzada, llevándose un trozo del rico pastel a la boca.

@Bodrik

Xiao Nahi sonrió con la reacción de su alumna Elizz y esto le hacía darse cuenta que era buena idea prestarle libros pues se notaba que le encantaba la lectura al igual que a el -Estoy seguro que lo harás- dijo sonriendo antes que la joven de cabello azul se decidiera a sentarse a sentarse junto a él para disfrutar del rico postre y bebidas que la joven propietaria acaba de traerle- esta delicioso – comentó probando el rico té dé frutos del bosque.


La muchacha resultó muy hábil con la varita y atrajo para ella una bebida caliente al igual que un delicioso postre que aparentemente compartiría con el – Woo es para probar – dijo viendo el plato que la peli azul estaba acercándole junto con una cucharilla y el mago no dudó en tomarla para darle una probada al postre que se veía delicioso -Claro que si lo seremos , por mi está perfecto y eres bienvenida cuando quieras a mi oficina – respondió llevándose un pequeño trocito a la boca mucho antes de probar el que había pedido para el mismo – esta riquísimo – dijo saboreándose.


En se momento estaba lejos de imaginar que pronto vivirán bajo en mismo techo como una familia y de esta manera tendrán mucho ms tiempo para compartir Con Maxwell, Nao (a quien ya conocía) y Elizz que pronto se convertirían en su familia.


A la mención de las geishas Elizz se sintió realmente apenas por dichas mujeres y aunque a Nahi le parecía bastante triste, era consiente que eran parte de la tradición japonesa como artistas, por esa razón se complica mucho tener una imagen completamente negativa acerca de esta práctica, pero es innegable que son explotadas en su mayoría.


Afortunadamente el tema cambio y el maestro se sintió más descansado y decidió dar una nueva probada al pastel de naranja y luego a su te hasta que de pronto decidió probar su propio pastel – Es innegable su talando en la cocina, ambos pasteles están deliciosos – comentó luego de compararlos.


- ¿Una Katana? - preguntó curioso – De hecho, si poseo una que mi abuelo me regaló y con la que he entrenado en el colegio al igual que una espada Jian de tradición china entre los nobles guerreros y Monjes shaolin y por eso muchas escuelas de esgrima las emplean y yo también la herede de mi abuelo que desde niño entrenó a mi padre y luego a mi hasta que fui a la escuela Mahoutokoro donde continúe mi entrenamiento- explicó.


-No te preocupes pregunta lo que quieras-
 
@Elizz